Mientras la cláusula de garantía sea clara y regule qué es lo que cubre, el monto que se debe restituir y la forma, se disminuye el riesgo de conflicto. Conversamos con Daniela Lagos, Gerente General de Legal Broker, para conocer los aspectos fundamentales que debes conocer sobre este tema.
Cuando un propietario decide arrendar su propiedad, está cediendo el beneficio de uso de un bien para que alguien más disponga de él, por lo que es indispensable que existan regulaciones y acuerdos que den garantía de un buen uso, mantención y cuidado. Esto actúa como un seguro tanto para el arrendador, porque garantiza las precauciones que deben tener quienes hagan uso de su inmueble, como para el arrendatario, ya que tiene una noción clara sobre cómo hacer uso de la propiedad y ante qué debe responder en caso de pormenores.
La garantía, en esa línea, es un monto de dinero que entrega el arrendatario al arrendador con el objeto de asegurar tanto la conservación de la propiedad y su restitución en el mismo estado en que la recibe, así como el pago de los perjuicios y deterioros que se causen en la propiedad arrendada. Del mismo modo, autoriza al arrendador a descontar cualquier deuda que mantenga el arrendatario por gastos comunes o servicios básicos, luego de la restitución de la propiedad.
Desde
Legal Broker, empresa abocada a entregar servicios de orientación, capacitación y asesoría completa a los Corredores de Propiedades de todo el país, explican que si bien la garantía no es una exigencia legal, si es una cláusula que ha tenido aplicación en la práctica inmobiliaria, y es recomendable que esté presente en todos los contratos de arrendamiento. Sobre este punto, señalan que ambas partes pueden convenir libremente el monto de la garantía, la forma de restitución y las reglas para que el arrendador aplique los descuentos que procedan.
En la garantía es importante que se estipule de manera clara qué es lo que queda cubierto, el monto que se entrega y el monto que se debe restituir por parte del arrendador (en pesos o en UF). Así también debe reflejar la forma y plazo en que debe producirse la restitución, y puede llegar a establecerse un proceso en que el arrendatario pudiera impugnar el presupuesto exhibido por el arrendador para efectuar las reparaciones en la propiedad. “Lo recomendable es siempre realizar un inventario con fotografías al momento de la entrega de la propiedad al arrendatario. Y, además, se puede agregar que se asegure el pago de cualquier deuda que quede en la propiedad luego de la restitución, como gastos comunes o servicios básicos”, indica Daniela Lagos, Gerente Legal de Legal Broker.
“En la práctica, lo más común es que se fije como garantía el monto equivalente a 1 mes de renta, que puede establecerse en pesos o en UF, y si se fija en pesos, se recomienda que la restitución por parte del arrendador sea de acuerdo al monto del último canon de arriendo para que incluya el reajuste aplicado”, agrega la abogada.
Mientras la cláusula de garantía sea clara y regule qué es lo que cubre, el monto que se debe restituir y la forma, se disminuye el riesgo de conflicto. Sin embargo, el hecho de que no exista regulación legal suficiente, en la práctica genera una situación de indefensión para la parte afectada, por lo que es muy común que haya conflictos durante la vigencia del contrato o al término del arrendamiento:
Durante la vigencia: El arrendatario que se atrasa en el pago de la renta, solicita o directamente imputa el pago de la renta a la garantía que está retenida por el arrendador. Si bien la mayoría de los contratos lo prohíbe, en la práctica el arrendador no tiene herramientas para exigir el pago, salvo que inicie un juicio en contra del arrendatario.
Al término del contrato: El arrendatario restituye la propiedad con daños o deudas que superan el monto entregado en garantía, debiendo el arrendador asumir los costos por la diferencia.
El arrendador considera que la propiedad fue restituida con daños que necesitan reparación, y para estos efectos exhibe un presupuesto emitido por profesional de su confianza, quien realiza la reparación. En estos casos, el presupuesto exhibido puede superar el monto de la garantía, dejando al arrendatario sin posibilidades de discutir la procedencia de ese presupuesto.
El arrendador simplemente se niega a restituir la garantía. Este supuesto, bastante común en la práctica, deja en total indefensión al arrendatario, toda vez que la única forma de exigir la restitución sería a través de una acción judicial, que resulta gravosa comparado con el monto de la garantía.
Dada la finalidad de la garantía, no es posible que el arrendatario impute el pago de la renta de arrendamiento a este monto, porque deja al arrendador desprotegido si recibe la propiedad con daños o deudas. “Como Legal Broker siempre recomendamos que ante un conflicto entre arrendador y arrendatario se busque negociar con las partes para llegar a un acuerdo. Para ello, disponemos de un equipo de abogados a cargo, para resolver dudas y trabajar en conjunto para lograr el éxito de las operaciones”, enfatiza Daniela Lagos.
Legal Broker lleva 4 años en el mercado, atendiendo tanto a Corredores de Propiedades independientes como a reconocidas empresas del rubro. Su trayectoria acumula experiencia importante en diversos tipos de operaciones inmobiliarias en las que su sello radica en entregar a sus clientes un servicio completo, cercano y de excelencia, con inmediatez en las respuestas y tarifas transparentes.
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